El zinc es esencial para el desarrollo y la función normales de muchas células inmunitarias [ 79 ].

Debido al papel fundamental que desempeña en el sistema inmunitario, incluso una deficiencia leve puede afectar la función inmunitaria y aumentar el riesgo de infecciones bacterianas, virales y parasitarias [ 80 ].

En estados clínicos asociados con la inmunodeficiencia, el zinc puede restaurar la actividad de las células asesinas naturales , la producción de linfocitos y la resistencia a las infecciones [ 81 , 82 , 83 , 84 ].

La deficiencia de zinc se asocia con desequilibrios hormonales que pueden provocar problemas de función ovárica, irregularidades en la menstruación e infertilidad [ 149 ].

Varios estudios han encontrado que la administración de zinc pudo reducir la gravedad y la duración del dolor menstrual en las mujeres [ 160 , 161 , 162 ].

Un estudio informó que la ingesta de antioxidantes (es decir, vitamina C, vitamina E, selenio y zinc) se correlacionó inversamente con la gravedad de la progresión de la endometriosis en las mujeres, lo que indica que el zinc puede retrasar el desarrollo de este trastorno [ 164 ].

En 134 pacientes discapacitados con hipotiroidismo bajo terapia anticonvulsiva (con deficiencia de zinc), el zinc pudo normalizar los niveles de hormona tiroidea y restaurar la función tiroidea [ 235 ].

Un estudio sobre 25 niños con síndrome de Down sugirió efectos similares.

También fue capaz de revertir los efectos dañinos de la radiación emitida por el monitor de la computadora en los niveles de hormona tiroidea [ 236 ].

La concentración de zinc seminal se correlacionó positivamente con el recuento, la motilidad y la viabilidad de los espermatozoides en diferentes ensayos clínicos [ 197 , 198 , 199 ].

Esto probablemente se deba al papel del zinc en la estabilización de las membranas celulares y el ADN (al reducir el daño oxidativo) de los espermatozoides y mejorar la espermatogénesis (formación de nuevos espermatozoides) [ 200 , 201 , 202 ].

En hombres infértiles (con niveles bajos de testosterona en la sangre), el suplemento de zinc condujo a un aumento en el recuento de espermatozoides, la testosterona, la dihidrotestosterona (DHT) y la fertilidad [ 203 ].

El zinc está muy concentrado en la próstata y los testículos y participa en la síntesis de testosterona [ 205 , 206 ].

En 60 pacientes con cirrosis hepática no alcohólica, el zinc mejoró la función hepática y evitó la acumulación excesiva de cobre, que puede dañar el hígado [ 165 ].

Pudo mejorar la función hepática, según los niveles de fosfatasa alcalina y bilirrubina, en 30 pacientes con cirrosis hepática alcohólica [ 166 ].

El zinc mejoró el resultado de 62 pacientes con hepatitis C que, si no se trata, puede provocar cicatrices en el hígado [ 171 , 172 ].